Día completo ha sido el de hoy, hemos duplicado jornada: empiezan los censos nocturnos. Esta mañana hemos trabajado en Casse dents. Ayer llovió lo que no llueve en Galicia en un año y esta mañana todavía quedaban nubes en el cielo que avisaban que se iba a liar una buena. Siete de la mañana todos en ruta. Los chicos no nos acompañaron hoy, asi que fuimos el trio calavera sendero arriba, con cuidado, que mojado todo cuesta más. Fue duro ya de entrada porque no había demasiadas especies en flor y di vueltas y más vueltas como una tonta para encontrar mis dichosas flores. Cuando llevábamos unas horas trabajando, empezaron a caer cuatro gotas, cuatro gotas que quince minutos después se conviertieron en el día en el que Noé se planteó empezar a construir su arca. Bendito el día en que me compré mi poncho-impermeable. El agua caía por todas partes y nuestro glacy se convirtió en un aquapark. Seguimos con nuestras observaciones pero a la hora de estar calados hasta los huesos y ver que la cosa no iba a mejorar, levantamos campamento. Llegamos a casa sobre las dos, descansamos tres horitas y otra vez para el campo. Primer día de observaciones nocturnas. Por un lado super emocionada, por otro preocupada por todos esos comentarios de "es peligroso". En realidad fue super emocionante, bonito y divertido. La luna está casi llena, a pesar de que todos llevábamos nuestros frontales (trabajamos con luz roja) aún cuando los teníamos apagados con la luz de la luna se ve casi todo, aunque necesitas luz para no meter el pié en algún agujero. Primera dificultad: encontrar las especies que nos tocan hoy y una vez que las encontramos escoger las que están con las flores en el mejor estado. Cada censo dura una hora. Es algo mágico. Se escucha el mar al fondo, ya no se escuchan cientos de pájaros como al medio dia, sólo miles de insectos y murciélagos que no dejan de revolotear por todas partes. Y por supuesto, los mosquitos. Me han picado en el labio...parezco Carmen de Mairena...no me van a dejar de picar nunca. No me voy a extender con esto, pero los chicos se habían "fumado algo" y fue todo un espectáculo. Me ha gustado muchísimo hoy, caminar de noche por la selva es algo genial, te sientes integrado en medio de toda esa fuerza que lo envuelve todo y a la vez diminuto, pues en realidad si sobra algo en ese ambiente, somos nosotros. Estoy cansadísima, la humedad durante todo el día acaba haciendo mella. Es casi la una y en poco más de cinco horas en marcha otra vez. Pero ha merecido la pena, desde luego que sí. Buenas noches Mundo y una sonrisa para todos.
Paloe Vera
lunes, 26 de noviembre de 2012
domingo, 25 de noviembre de 2012
Working in the rainforest
Vistas desde Trois Frérès |
Vistas desde Salazie |
Aún recuerdo cuando de niña me ataba a modo de capa el mandilón del colegio al cuello y jugaba a ser el Capitán Planeta (para salvar al Mundo de los malos que contaminaban el agua y mataban a los animalitos). Y no lo neguéis, más de uno sé yo que se sigue emocionando y está cantando la cancioncilla. Pasaron los años y esa pasión por proteger lo natural no se ha esfumado (por suerte) así que de un modo u otro mis pasos me han llevado a trabajar en biología de la conservación, que es ni más ni menos lo que estoy haciendo aquí. Conservación de la biodiversidad...qué bonito...si me hubieseis preguntado hace meses os daría una definición preciosa y romántica de la biodiversidad, ahora os diría "la diversidad es eso de lo que yo me acuerdo, así como de sus antepasados, cada mañana cuando estoy en dos metros cuadrados, absolutamente rodeada de ramas que tienen tendencia a enredarse entre ellas, en los cuales hay más de ocho especies diferentes, muy parecidas, muy muy muy parecidas, que me las tengo que saber todas y lo peor, es que los siguientes dos metros cuadrados tendrán otras ocho o más especies diferentes a las anteriores. Y yo ando a la caza de unas en particular. Entonces es cuando te acuerdas de los prados con una o dos flores sueltas por ahí si tienes suerte....ais...diversidad es mi quebradero de cabeza cada día.
Para qué mentir, es un jodido infierno saberse todas las especies, pero...me encanta :) y hace entretenidos nuestros días.
Creo que ya comenté en algún sitio que cuando las personas piensan en general en Mahé les viene a la cabeza una imagen de playas preciosas, con aguas turquesas y peces de colores...en cierto modo así es, pero Mahé es verde, muy verde y denso. Creo que me resultará difícil olvidar lo primero que vi al llegar a esta isla, tan pronto salí del aeropuerto, esas inmensas y escarpadas colinas donde se apelotonan los árboles. El proyecto para el que trabajo, por un lado estudia las redes de polinización y por otro el efecto de las especies exóticas invasoras. Para compartir un poco lo que hago cada día y sepáis a qué me dedico y dónde, os voy a contar un pelín cómo es el día a día de "la peque" en Seychelles.
Seis de la mañana, suena el despertador. Si no fuera por lo poco que duermo, entre que tengo instalado en mi cerebro eso de no dormirme hasta las doce o una, el calor, mis queridos amigos los mosquitos varios y que es de noche el único momento en el que me cruzo con algunos en Internet, me despertaría como una rosa. A las seis de la mañana ya hay luz suficiente como para no sentirse cansado o que se peguen las sábanas. Aquí sale el sol muy temprano y lo hace muy rápido, está en lo alto del firmamento antes de que te dé tiempo ni a desayunar. Me hago la remolona en cama, para qué mentir, (puedo porque dejo todo preparado el día anterior, soy una buena chica) y me visto mi fantástica ropa todo terreno que lo aguanta todo, botas, mochila, machete y andando. No suelo desayunar. Estás loca diréis algunos...pues sinceramente, a mi me salen las tripas si desayuno y me pongo a subir esas montañas a los 10 minutos. Se camina mejor cuando uno está ligero.
El precioso Mont Seychellois |
El jefe nos recoge a las 7, ya empieza a acumularse el tráfico y el sol a calentar. Salir más tarde implicaría un calor horrible en la ascensión. Por mí deberíamos salir a las cinco. Por supuesto, a estas horas ya estamos sudando.
Trabajamos en 7 puntos a lo largo de toda la isla, que digamos engloban o representan los distintos ambientes que necesitamos para que el muestreo sea representativo. A mi me encanta, porque ya a estas alturas me conozco toda la isla y estoy en sitios en los que los propios habitantes de aquí no han estado. Solemos hacer un sitio por día, algunos días vamos a dos sitios distintos e intentamos hacer los siete sitios en una semana. No siempre es posible, depende de la meteorología, de cómo vaya el trabajo a lo largo de la mañana y un par de cosillas más. Y esta semana empezamos a duplicar turno: trabajaremos de noche también. De esta nos cortan el cuello fijo. Los sitios en los que trabajo se llaman Trois Freres, Casse dent, Copolia, Salazie, Tea plantation, Bernica, Rosbelle y La Reserve. No sabría deciros cuál me gusta más, pero Salazie es muy especial, está lleno de energía.
Al principio de mes tenemos que hacer el fruitset, flower account y medir el néctar. Cuando terminamos eso hacemos todos los censos. Este, como dijo Vicky una vez, es un trabajo muy Zen. Hay que armarse de paciencia y concentración, para pasar laaaaaaaaaaaaaaargas horas al sol y no desconcentrarse, medir bien y ser capaz de caminar por la selva, no caer en los agujeros, no picarse con las palmeras, que no te pique nada, no molestar a nadie, llevar el putter, el caza mariposas, la camara, todo el resto del material, el machete y mil gaitas más y por supuesto no pisar los pequeñisimos brotes de especies nativas que están por todas partes y tenemos que proteger...
Mantén eso alejado de mí... |
Voy a compartir un pelín lo poco que se puede plasmar en una foto lo impresionante que es este sitio para mí. Creo que no todo el mundo sabe apreciarlo, los biólogos tenemos suerte en ese sentido, no solo vemos un montón de palmeras, vemos en realidad el precioso tesoro que ahí aquí. Aviso que estoy super "empanada mental" pero como llevo con retraso esto de poneros al día de cosillas, vamos ha intentarlo. Tengo taaaaaanto que contaros...cada día es como un viaje increíble, lleno de experiencias y personas que desde luego merece la pena conocer.
Salazie fue el primer sitio que conocí. Es cómodo, es precioso, aparcamos el coche apenas unos metros y caminamos en llano, no hay subidas, no hay esfuerzo, no hay sudor ni lágrimas. Llegas a un "glacy" muy espacioso, rodeado de verde por todas partes, de montañas y justo enfrente el mar que se pierde en en infinito. Sientes un aire que lo envuelve todo, cientos y cientos de pájaros cantan a la vez, los gigantescos murcis por todas partes y el ave del paraíso siempre tan elegante. Hay muchisima luz y los días que se acerca tormenta se ve entrar la niebla lentamente. Casi fantasmal. Si pensáis en la película Gorilas en la niebla os estaréis haciendo una imagen muy próxima. Yo no me podía creer lo que estaba viendo el primer día. Las plantas de vainilla crecen sobre los árboles, los árboles que son de canela, cientos de miles de matas lo cubren todo y a mi casi me da un ataque al descubrir que eran citronella. Cómo no va a ser bonito un sitio donde tienes frutos que se llaman estrella y san Jacq, donde tenemos el árbol de micky mouse, donde hay flores del paraíso y de la pasión, donde hay aves que parecen fénix y en un sitio en el que te sientas cinco minutos y sin darte cuenta tienes un lagarto de 10 cms trepando por tu brazo que te mira con cara de "eh, tú quién eres?" Y ahí se queda contigo hasta que se aburre. Salazí, para mí sin duda es el mejor.
All team preparando el día de currele en Salazie |
Un sitio que está muy próximo y se parece bastante es Tea Plantation. Efectivamente, se llama así porque está en medio de una población de té. Hace unos cien años Mahé era el mayor exportador de vainilla del mundo, así como canela. (y se cargaron media isla para ello). Otro de los productos nativos es el té, a mí me encanta el té que hacen aquí. Así que pasamos por unas zonas de muuuuuuuuuuuuuuuchas plantas de té. Y siempre hay alegres nativos recogiendo té a la antigua usanza, osea, dobla la espalda y no te quejes, que cantan o están a berrido limpio con sus bromas. Este es uno de los sitios en los que se estudia el efecto de las invasoras. ¿Y cómo se hace eso? pues con sudor. Estos son nuestros sábados preferidos...en los que machete en mano tenemos que ir a desbrozar, arrancar, cortar y/o eliminar cada hierbajo o árbol que no sea nativo...es agotador. Muy agotador pasarse horas arrancando árboles. Sarna con gusto...pues eso. En esta isla se ha hecho real lo impensable: agotarme. Pues sí, ahora ya no mucho, pero el primer más era llegar a casa y adorar mi cama.
Kaiser siempre tan meticuloso en los detalles |
Vistas de Trois Frere desde Salazie |
Copolia. Copolia. Copolia...Frodo y Sam son unos mindunguis en sus escaleras a Mordor, a ver si tiene lo que hay que tener para subir a Copolia. Es un sitio precioso, de los más altos en los que trabajamos. Ya no es un sitio claro y abierto, es selva cerrada, con árboles y palmeras muy altas, donde todo es super verde, hace más fresquito, tras las lluvias tienes arroyos...y...donde ya hay peligro de que te rebanen el cuello. Lo primero que llama la atención de Copolia son dos hombrecillos, a veces uno de ellos es joven, que simplemente están sentados a ver la vida pasar. Día tras día, hora tras hora...esta gente, si venís de turistas, no os procupéis, están ahí puestos por el gobierno para acompañar a los turistas que hace en sendero (algunos de nuestros sitios de muestreo comparten parte del camino con senderos preparados para el turismo), para protegerlos de los piratas o para que simplemente no se despeñen por algún sitio. No cobran, no engañan ni están ahí para venderte algo. Su trabajo simplemente es acompañarte. Es uno de los lugares mejor preparados para caminar. Hay un sendero como Dios manda. Empiezas bajando, te pones
A la derecha, Copolia |
todo contento creyendo que el camino va a ser light y sigues caminando entre árboles
enormes y Bulbuls que cantan, y bajas un poquito más...y empiezas a
subir. Y de repente, tachán, llegas a algo que pretenden ser unas
escaleras, o un tobogán, según se mire...son las escaleras al
infierno. Cada peldaño es más alto que en anterior, y para mí el
más bajo ya estaba más alto de lo que mis piernas consideran
cómodo. Y no se acaban nunca. Sientes los biceps, cuadriceps,
quintuplex y todos los músculos que te quieras inventar como
desgorrándose, y empiezas a sudar. Aquí fue la primera vez en mi
vida que me sucedió eso de empapar la camiseta, qué digo empapar,
me tiran a una piscina y salgo más seca. Nuestro jefe es un altísimo
alemán de dos metros, que por cada paso de él Sabrina y yo damos
dos y medio (los hemos contado) y para él estos peldaños son
digamos...adecuados. Para nosotros...mejor hacer mucho yoga y
controlar la respiración.
Este es el típico camino en el que cuando
crees que llegas, aun queda otro tramo, y cuando acabas ese tramo,
viene otro (peor). Cuando viene el jefe yo saco de mí la fuerza de
todas las espinacas que he comido en mi vida. Llegamos al punto de
decirle que él fuera a su ritmo que nosotras al nuestro. No tiene
nada que ver con tener mala forma física, para nada, tanto Sab como
yo creo que a día de hoy podríamos subir al Everest, pero no
podemos hacerlo corriendo. Además la diferencia al final no es más
de un minuto o dos. Así que todos felices y nuestro ritmo. Aquí es
cuando te deprimes al ver que tú con tus super botas North face,
mochila Mamut y super equipado tardas más que el guia que va en
chanclas y con un pantalón roto. A esto hay q sumarle el tema del
agua. Yo llevo unos 4 o 5 litros y me los bebo...en una mañana...y
siempre nos aconsejan llevar comida y bebida por si algo sucede y
tuvieramos que hacer noche perdidas por ahí. Cuando llegamos casi arriba el camino se divide en dos, el de los turis y el nuestro. El nuestro mola más jajaja...al llegar arriba se pueden ver un montón de islas a lo lejos.
Casse Dent...para los que no sepáis francés, este sitio se llama, literalmente "partirse los dientes" y sin coñas, no le podían haber puesto mejor nombre. Aquí no hay piedad, tú bajas del coche, pones en primer pie y al segundo se te han desgarrado los gemelos, es corto el recorrido, es fresco y precioso, bajo una cúpula frondosa y un rió, se escuchan ranas por todas partes y con frecuencia vemos serpientes, pero es tan inclinado que la tierra corre bajo tus pies a cada paso, y cada paso que da el compañero que llevas delante deshace más el sendero, lo embarra más y lo deja peor para cuando pases. Así que es una sucesión de "dios...mis gemelos" y el quedarse colgado de las ramas del primer árbol que pilles o al que consigas agarrarte para no bajar a cada paso dos metros para atrás. Luego tiene una parte llanita, cómoda, muy cómoda de caminar, y después empieza lo interesante: a escalar. Es así, tú vas caminando y te encuentras con un muro de granito gigante, pues hay que subirlo. Estas cosas me encantan. En algunos puntos tenemos raíces de árboles a los que agarrarnos. Me pregunto qué va a pasar el día que a base de tanto trepar por ahí se rompa la raíz...alguien se va a pegar un buen ostión. Tras escalar esos 4 metros de pared volvemos al rainforest y a volver a trepar y tachaaaaaan se llega a un alto que está en medio de nada, por encima de lo demás y todo lo que se extiende ante tus ojos es una inmensa masa verde y azul, con cientos de pájaros volando por debajo de ti y donde ya no hay árboles que te molesten. Tienes la impresión de estar en el cielo, por encima de todo. Es un sitio peligroso, el granito está muy pulido y al mínimo despiste resvalas y te puedes pegar una buena. Aquí hay un montón de fisuras super profundas, es divertido poner un pie a cada lado y ver hacia abajo, donde se extiende una grieta de 40 cms te ancho entre tus piernas, pero de 20 metros de profundo. En algunas si podrías caerte de verdad, entonces ya no es tan divertido. Este es uno de los sitios en los que hay que andarse con pies de plomo. Aquí cuando llueve, llueve en unas horas lo que en Galicia en un mes y lo hace sin avisar, si te pilla en ciertos sitios no podrás moverte o el suelo será como una pista de hielo y simplemente tienes caída libre 300 metros y chao chao.
Al fondo la ciudad de Victoria, la capital |
A mi me gusta este sendero, porque empieza suave y aumenta progresivamente, tienes zonas abiertas y zonas de cúpula y otra donde la tierra es roja y te recuerda que estás en África. Cierto que es uno de los sitios donde más calor hacer y las piedras a las doce del medio día parecen sartenes (donde nosotros pasamos horas y horas). Me gusta este sitio porque los animales tiene como una rutina, como su espacio del día a día (su nicho) pero llama la atención que les da igual que aparezcas por allí, si al gecko degusta su rama de todos los días, le da igual que te acerques con tu cámara tres centímetros de su nariz, él se quedará ahí tan feliz disfrutando de la photo-sesión.
Impresionantes vistas desde lo alto de Bernica |
Bérnica...Bérnica es el sitio en dónde todos habéis comentado al ver la foto que estoy en el paraíso. Pues...tal vez sea así, pero hay que llegar hasta allá. Se caracteriza por esa magnificas vistas de la costa, el arrecife, el mar de un color especial, decenas de islas salpicando el mar a lo lejos...Es un sitio increíble y la ascensión es bonita y variopinta, pasas un poco por todo. Tenemos que conducir una media hora para llegar al lado Norte de la isla. Ascendemos siguiendo el curso de uno de los pocos ríos de la isla y el que abastece a toda la población. Hay una carretera con un montón de agujeros en el asfalto, o mejor, un montón de
Rasta, Kaiser y Mougal en la zona Norte de Bernica |
Bernica, zona Sur |
Es fácil jugar a ser diminuto con estas palmas... |
El camino tras el río empieza a subir, no de una forma despiadada pero sí lo suficiente como para despertar las piernas. Primero una masa boscosa, una zona de bambús, otra de canela seguida de Gastonias y Takamakas y llega la parte preferida de Sabrina y personalmente, a mí también me encanta: otra pared de piedra, esta vez mucho más alta e inclinada, lo suficiente como para poner un mal pie y darte un buen golpe. Tras trepar como geckos por esa pared, se llega a una zona en la que los árboles pierden altura y se nota un golpe de calor tremendo, casi todo lo que hay ahora son matas de fentos (helechos) y palmeras, mas los típicos arbustos nativos. Durante unos cien metros más tenemos que trepar y retorcer nuestros cuerpecitos, mochilas y demás cachibaches que llevamos colgados, entre los pedruscos que nos cortan continuamente el camino. Y a tirar de piernas que es el último tramo. Calor y más calor. Aire seco y empieza a notarse la asfixia.
El punto del no retorno, a partir de aquí...volando libre. |
Adoro este color... |
En la Reserve, el jefe explicándome las infinitas islas que se ven |
Preparando el material |
Sabrina concentrándose en su bichito |
y poco a poco tenemos nuestra enorme colección de las especies que participan en nuestras redes de polinización. Estos días son agotadores, muy agotadores, muchas horas de microscopio, muchas especies que comparar y cada uno de nosotros tiene muchas cada semana. Las diferencias taxonómicas entre una especie y otra son a veces...casi ridículas y hay que estar muy seguro de que estamos identificando bien o todo el trabajo que nos pegamos en el campo no serviría para nada. Está bien porque es una forma de romper con la rutina, darle una tregua a las rodillas y conocernos un poco más. No soporto matar a los bichillos y por más que me digan que es necesario, si fueran un perro o un conejo seguro que les daba pena.
sábado, 3 de noviembre de 2012
Una semana de contrastes
Yo no sé si esta isla se merece el nombre de Paraíso o no, pero desde luego aquí, cada día te da para escribir un libro. Esta ha sido la semana de los contrastes. Una semana en la que, por un lado, he sido testigo de esos mágicos acontecimiento naturales que puedes ver una vez en la vida si tienes suerte, y por otro, cosas que dan tanto miedo que no crees que estén pasando de verdad. Y os reíais porque tengo un machete y un puñal. Lo llego a saber y me traigo la guadaña también.
Se acercan las lluvias...cuando empiece a caer no va a parar...y ya sobre las 8 de la tarde empieza a llorar el cielo con una intensidad que por muy gallega que me considere...así...yo no he visto llover en mi vida hasta ahora. Y lo hace durante toda la noche, lo justo para que a las seis nos pongamos en pié camino de nuestra selva. A parte de empezar a vivir la selva en "toda su humedad" la semana empezó normal. El martes, estaba perdida entre palmera y palmera, buscando mis diminutas florecillas, cuando de repente se puso delante de mi nariz, a no más de 5 centímetros, la polilla más grande y preciosísima que yo he visto en mi vida, y no sólo no se asustó ni se fue a algún sitio, sino que se quedó alli tan pancha y empezó a poner huevos!! los que sabéis de mi pasión por las origas...os podréis imaginar qué bonito momento fue ver eso tan de cerca.
El miércoles ya empezó siendo algo triste, o al menos a mi estas cosas me ponen triste. Quedamos con todo el equipo y ya de camino al campo el jefe nos empezó a contar, preocupado y curioso a la vez, que en uno de los lugares en los que trabajamos había aparecido un hombre ahorcado. Suicidio dice la policia...ajuste de cuentas dicen los vecinos. A mi me vino a la cabeza nuestro querido vecino saltando dentro de nuestro balcón, porque sí, que sepais que el hombre-cuchillo-en-mano es vecino y ya me lo he cruzado un par de veces de camino a casa. En fin, cosas...y yo con la imagen de un hombre colgado de un árbol en mi cabeza me fui a trabajar un poco decepcionada con la especia humana que parecemos que vamos no sé en qué dirección, pero ni siquiera me atreverí a adecir que para atrás. Vamos hacia ningún lado. Y así, entre pensamiento y pensamiento, se me pasó la jornada laboral bajo rayos de sol que no tiene piedad y chaparrones de los que no se salva nadie. Para que os hagáis una idea, es como si trabajáramos en medio del monte alejados de los caminos, así que para volver al coche tenemos que volver al camino principal. Pues ahí estábamos todos felices camino de casa cuando nos cruzamos asi sin más, a 3 policías y dos militares, que medio nos miraron, saludaron con la cabeza y siguieron camino arriba. En fin, como ya os escríbi, aquí los piratas viven en medio de la selva (donde nosotros trabajamos....ejem ejem...) y seguimos bajando como quien mejor nos vamos de aqui...y unos metros más abajo, venían dos policías con una mujer que parecía estar en shock o haciendo el parípé más grande que yo he visto en mi vida. Pero hay caras que no se pueden fingir, a esa mujer le había pasado algo. Pero no parecía herida. Estos policías al menos se pararon un segundo a mirarnos la cara y pedirnos documentación. Y aquí empezó un poco el circo, porque casi acabamos en el calabozo. No os lo contaré todo en detalle porque en realidad ni me resulta agradable pensarlo. Resulta que los primeros militares con los que nos habíamos cruzado iban detrás de un "criminal" que se había escapado de la única carcel que hay en la isla, que se llama La Misère, y está a dos kilómetros de uno de nuestros sitios de muestreo. En realidad no entiendo mucho a las fuerzas del orden de esta isla, porque hacen todo como 3 horas tarde...el criminal en cuestión había echado a correr hacía dos horas...en ese tiempo le habría tiempo a recorrer media isla y estar muy bien escondido. Tampoco es que sea dificil esconderse en medio de toda la maraña de palmeras, lianas y árboles. En fin, ellos se deben sentir mejor pensando que lo van a encontrar. Los siguientes policias que nos encontramos y los cuales nos pusieron al corriente de la situación, acompañaban a una mujer que había sido victima de un crimen. Unas tres horas antes esa mujer (según la versión policial), junto con otra, bajaban por un camino hacia la parada de autobús y tuvieron la mala suerte de cruzarse en el camino de un listillo que había conseguido salir de la prisión. De alguna manera que yo no pude cuadrar muy bien...les quiso robar y tuvieron un forcejeo en el que el resultado final fue que el criminal degolló a una de las chicas. Sí, tal cual lo estáis leyendo, cogío su machete y le cortó el cuello. Los detalles nos los ahorramos. El hombre echó a correr a la selva, justo a unos 200 metros de donde yo estaba sentadita en mi roca alucinando con los geckos comiendo el nectar de las palmeras...y la mujer que sobrevivó, la que estaba con los policías, en estado de shock total. Hay varias cosas que no cuadran. Primero, nosotros estabamo muy muy cerca y no escuchamos nada, y esto no es Vigo que con el tráfico no escuchas, aquí alguien grita y creedme que a unos 5kms eres hasta capaz de decir con precisión de dónde vino el grito. Luego está el tema de que no se suele robar a los criollos, ellos apenas tienen nada, se robay ataca a los turistas...y por último...las malas lenguas dicen que fue un crimen pasional, cuernos e infidelidades y la esposa acabó muerta (esposa que era la mejor amiga de la superviviente). Seychelles culebrón. En un principio nos dejaban ir como si nada. Subimos al coche, yo pensando que mi inglés era malo y no estaba entendiendo la situación...y resultó que había entendido perfectamente todo. Y sea la versión que sea...se le cortó el cuello a una mujer en el mismo sitio en el que yo trabajo y seguramente por menos de 30 euros. Nos fuimos y al rato, en plan película Hollywoodiense, el coche de la policía nos dio el alto y nos mandó a comisaría. A alguien se le encendió la bombillita y se dieron cuenta de que éramos los únicos posibles testigos, además de considerar a uno de nuestros guías como sospechosos principal (no os podeís imaginar la que tuvo que liar mi jefe para que no lo encarcelaran. Si al a mujer le da por decir que nuestro Gabri fue el criminal, nuestro Gabri se va pa chirona de por vida.). Tras una laaaaaaaaaaaarga espera nos dejaron marchar a casa. Yo no sé si es que de verdad estoy fatal de la cabeza o me empiezo a acostumbrar a que cada día me cuenten una historia parecida...pero no siento miedo, siento tristeza. Me paso el día viendo cosas hermosas, milagros, la perfección materializada en flores, insectos, aves...incluso personas que hacen grandes cosas y que me recuerdan que hay corazónes que no entienden de límites ni fronteras, mucho menos de muros o prohibiciones y luego, plaf, asi sin más, otros le quitan la vida a alguien porque no tenia 20 euros para darte y dejarás sin poder vivir el resto de su vida a quien lo vivió y sobrevivió, pero jamás lo olvidará. Ayer estaba sentada conversando en la isla del Edén, tomando un zumito, el único que nos permitimos a la semana, en un acogedor lugar, con musica en directo, terracita en el muelle, todo el mar turquesa al rededor y los tremendos barcos que están normalmente atracados, cuando de repente ví algo magestuoso salir del agua: una manta, una manta enorme y preciosa salío del agua medio metro, durante unos tres segundos y luego desapareció. Creo que estuve en silencio quince minutos para digerirlo. Y hacerme callar a mí...ese mismo día por la mañana, anunciaron en la radio que en Anse Mjor, un lugar muy bonito no muy lejos de nuestra casa, que tiene un sendero increíble todo a lo largo de la costa, había aparecido un esqueleto humano, y la noticia no era esa, la noticia era que el cuerpo llevaba un móvil en el bolsillo y podía "estudiar a lo csi las llamadas realizadas antes de su muerte. En fín, queríais conocer las Seychelles, pues bienvenidos al paraíso. Por supuesto que cuando empiece a digerir todo esto os empezaré a poner fotos preciosas de sitios de ensueño, y todas ellas lejos de la humanidad. Pero necesito conocer un poco más de los sitios para daros toda la información posible. Ahora mismo me preocupa un poco más pensar en cómo voy a reaccionar si un día me toca la lotería y en vez de suceder a doscientos metros de mi parcela, con quién se toma el criminal es conmigo. Y yo sí que no llevo dinero al trabajo...en fin. Da igual que la naturaleza sea sobrecogedora aquí, si las personas que viven en ella no tienen corazon y han perdido la cabeza, este será un sitio horrible. Por suerte hay buena gente.
martes, 23 de octubre de 2012
Un paseo por la Ría
El valor de la AMISTAD no tiene precio. |
A veces las historias más fascinantes
son las que simplemente narran los acontecimientos de nuestras
sencillas y peculiares vidas. Es muy probable que la mayoría de los
que estáis leyendo estas líneas hayáis estado enamorados alguna
vez, o lo estáis en estos momentos, y se notará porque estaréis
dibujando una pequeña y pícara sonrisa que pretende pasar
desapercibida entre el texto y que sin embargo, debería ser mostrada
por todo lo alto, pues no hay fuerza más grande que aquella que nos
empuja a hacer las cosas más hermosas e inolvidables de nuestras
vidas. El día que nos demos cuenta de que al dejar de vivir
enamorados, borrachos de la alegría, de dar y sentirse felices por
dar, por hacer sonreír al motivo de nuestro insomnio, al nuevo
argumento de nuestros sueños, a quién nos hace levantarnos como si
cada día fuera el primero... y el último...esa sonrisa...esa sonrisa
no se esconde. Todos seremos más felices el día que aprendamos a
sostener ese sentimiento con manos firmes y hacer que nos acompañe
allá donde vayamos y pase el tiempo que pase. Y yo a falta de un amante tengo un amor: el mar.
Es fascinante
descubrir con asombro como, a veces, son los auténticos desconocidos,
incluso aquellos que creímos rechazar, por un motivo u por otro, los que se convierten en personas claves en nuestra vida o al menos le darán un revés al curso de los acontecimientos que nos dejará estupefactos. Y esa fue la emoción que yo he vivido este año al verme en un callejón sin salida, sin demasiadas puertas que abrir para salir del paso y encontrarme con una luz al final del túnel, una lucecita llamada Teté, una mujer, una madre, una esposa y todavía mejor amiga. Un ejemplo de fortaleza que a mí me hizo temblar las piernas y la dueña de un corazón que traspasa lo humanamente posible. Ella me dio un hogar y cuidó de mí, sin preguntar, sin pedir explicaciones, nisiquiera sé cómo, pero se ha anclado bien a mi futuro. Es reconfortante encontrar personas que tengan todavía un concepto tan grande de la lealtad. Por suerte aún quedan algunas.
Las tres Marías |
El último mes en España se podría clasificar como caótico, pero no por papeleos, maletas o preparativos. Hice la maleta 5 horas antes de subir al tren y sinceramente, casi casi subo al tren sin maleta, lo puesto era más que suficiente. Decidí pasar los últimos días por todo lo alto, estrujar cada segundo y los que los vivísteis conmigo creo que lo disfrutásteis tanto como yo. Creo que fueron los quince días del rafting, curso de buceo, kayak, curso de vela, ultimas vías en el Galiñeiro, cenas de despedidad y fiestas de disfraces, compras, visitas a todos los pedacitos de corazón que tengo esparcidos por las Rías, regalos, sorpresas, escribir cartas, helados, fiestas, conciertos, festivales, paseos al atardecer, baños desnudos en Samil, pozas y termas, pinchos, cañas y chupitos...y abrazos, montones de abrazos (y alguna lágrima que me ha llegado a los más profundo, mi Jay).
Con mi fuente de cariño ( y su coca). |
Por no hablar de las hermosas palabras que el mismísimo Maradona me dedicó y casi me hacen llorar como una madalena. Y el carnaval...menudo carnaval...gracias chicos. Y después de ese mes de locura, risas y buenísimos momentos, vino el grandullón y me regaló la mejor despedida que jamás podría haber imaginado.
Después de una noche buscando a Paris Hilton con Fifí como la mejor compañía de la noche, jugadores de futbol puestos de coca hasta las cejas y un buzo que había perdido la termoclina y el Norte, al ritmo "booooooooooooombaaaaaaaaaaa" (chicos, lo veais por dónde lo veais, es horrible) volvimos a casa con la sensación de haber pasado no sólo una noche, sino una de las mejores semanas de mi vida.
Muy metidos en el papel... |
Los Pop Start VIP |
Desconozco qué hora era, pero recuerdo que no pasaron más de dos horas entre el momento en el que me saqué los tacones y una vocecita me dijo "Pao, si quereis ir en el barco, el padre de Luisma está ya en el pantalán". Mi falta de hábitos alcohólicos y las horas de sueño pendientes, me hicieron percibir la voz Teté como un ánima de otro mundo. Pero unos segundos después de que mi perra me recordara a golpe de babas que ya había salido el sol, me di cuenta de que era el gran día. Nos íbamos de paseo todo el día en el preciosísimo barco del padre de Luisma.
Luisma...al que me costó horrores despertar jajaja es que no se puede ser de hábitos nocturnos. Y todo esto dos días antes de volar...
Efectos de la lipotimia...yo dije que no podía ser bueno... |
Divinas de la muerte. |
Todavía buscando yo
también dónde estaba mi Norte, recordé a Iván. No sabía si venía o no, y
mi falta de móvil o teléfono sé que dificulta estas cosas. Así que el
suyo hizo que todo fuera más fácil, mail y todos listos. No conseguí
llevármelo a remar, pero no podía premitir que no me acompañara en este
día de felicidad. Y como era de esperar, allí estuvo. Porque él siempre está ahí.
El barquito. |
Bajamos a la Marina donde la brisa ya nos iba espabilando un poco. Cansancio...me preguntaba si en vez de llevar el barco a Cíes nos íbamos a ir para San Simón. Estaba todo preparado, sólo había que izar las velas y todo el mar para nosotros. Dónde se habían ido mis lecciones en los tiempos del PER.. No había reloj, se apagaron los móviles (no todos...muy a mi desacuerdo) y no había prisa por nada ni nadie nos estaba esperando (en realidad yo tenía una preciosa cena pendiente, pero en ese momento, nada me hubiese bajado de ese barco, nada). No sonaba un motor, nadie elevaba la voz, solo el sonido de las olas contra el casco. La primera vez que vi el barco me quedé sorprendidísima. No me lo esperaba tan grande. No sé cuántos metros tendría, siete, tal vez diez, pero yo he vivido en casas más pequeñas sin lugar a dudas. Se veía cuidado y mimado, y se sentía que era la libertad del capitán, que a saber cuántas horas habría pasado en soledad en esa cubierta, absorto en sus pensamientos e inquietudes.
Parando el tiempo... |
El Barquito Chiquitito |
Paloe Vida! |
En una travesía siempre encontrarás miradas perdidas al infinito océano,
que te apetece interrumpir por algún comentario puntual, pero que por otro lado respetas, pues al
mar se le habla con la mirada y el te responde con la brisa ¿Quién no
ha sentido alguna voz como respuesta a sus pensamientos en un día de
invierno cuando sopla el viento y parece envolverte? Lo que se le
confiesa al mar, el mar lo guarda para siempre. Puede que sea su
inmensidad que nos hace sentirnos infinitamente insignificantes,
puede que sea toda esa energía cinética que nos electrifica, puede
que sea la fuerza de la vida que alberga, puede que sea su olor, su
color, su sabor...puede que sea todo y nada, pero los que hemos
vivido toda nuestra vida envueltos en la salitre del viento ya no
podemos vivir sin ella y nos falta, nos falta algo muy grande cuando
no podemos sentirlo cerca.
Me encantó que me dejara llevar el timón, al menos para ser consciente
de lo sensible que es y delicado a la vez. Salimos de Marina Davila y
pusimos rumbo al otro lado de la Ría de Vigo. Sólo nos condicionaba el
tiempo (atmosférico). La mañana no prometía demasiado, el cielo gris,
como un buen cielo gallego, pero la tarde fue fantástica. Un cielo
despejado, el calor que tanto echábamos de menos por las lluvias hasta
picaba un poquito la piel y las playas estaban vacías. Pasamos Cabo
Udra, Cabo Home... Todos al agua a bucear, mientras el capitán aprovechaba para
prepararnos una riquísima sopa de marisco y luego darse un baño como
Dios lo trajo al mundo. Como debería ser siempre. Iván y su monoaleta
son algo fascinante.
Retales de un día de Sol. |
Me senté en la Proa, casi podía tocar el agua con la punta de los dedos. Tenía metida en la cabeza la cancion "Una Mattinna" de Ludovico Einaudi, y me parecia sonar una y otra vez al ritmo del balanceo del barco. Veía a Iván perdido en sus pensamientos, seguramente imaginándose al igual que yo, un día, tener un barco y poder salir a navegar, así sin más, sin más necesidad que de nosotros mismos y buena compañía.
Nuestra pequeña pero gran tripulacíón. |
Tan sereno...acostumbrada a verlo como un ejemplo de superación en sí misma cada día, del trabajo por pasión llevado al extremo y hacer la eficacia laboral bailar en la misma balanza que el afecto...verlo así me llenaba de paz, me hacía dar gracias a la vida por haber puesto en mi camino a esa grandísima persona, que le ha dado un matiz nuevo a mi concepto de amistad, de lealtad verdadera, del estoy aqui para tí siempre, y siempre lo ha estado. No me imagino las mañanas sin nuestros cantos de buhítos ni una tarde sin insistirle para que me acompañe a pasear. Gracias Iván por ser tan buena persona y no perder la esperanza de que no todo se vaya al garete. Te digo yo que hay mucha buena gente por el mundo.
No hay nada en el mundo más bonito que las sonrisas de verdad, como ésta. |
Y así, cada cual, pensando en sabe Dios qué, nos quedamos en silencio por momentos, alternados con risas y burlas, juegos y empujones por la borda. Mientras me daba cuenta de que al final, el grandullón se ha ganado a pulso mi corazón y que le acabaría echando de menos. Volvimos al puerto cuando al atardecer las nubes nos avisaban de que el sol no iba a quedarse por mucho tiempo más en el cielo y bien que hicimos, pues escapamos del chaparrón.
Soñando... |
El capitán y su grumete. |
Just relax |
Fue una mezcla extraña de sentimientos. Justamente en esos últimos quince días había conseguido que mi vida volviese a llevar el rítmo de alegría y momentos inolvidables que me gusta mantener. Y ahora hasta tenía un barco para salir a navegar cuando quisiera...tenía una casa reconfortante y llena de amor y amigos que se habían esforzado (y se esfuerzan) en que no olvide mantener esa sonrisa petarda que tengo. Y me di cuenta de que en unas horas ya iba a estar lejos de todo esto, muy lejos, y con la impresion y casi seguridad de que pasaría mucho tiempo antes de volver. Necesitaba irme, lo necesitba de verdad y me sentía feliz por haberlo conseguido. El capitán me dedicó unas palabras, que por su belleza me las voy a guardar para mí. pero fueron preciosas. Nadie es tan fuerte como para no echar nada de menos. Y yo a mi mar, lo echo de menos.
Hombre a la deriva. |
Otro que sueña... |
Iván, ¡mete tripa! |
Fue un día magnífico en el que creo todos hicimos más fuertes nuestros lazos y yo conseguí irme de mi Tierra con una gran sonrisa. Y la noche, a pesar del tremendísimo cansancio, fue, sin duda, la perla para terminar el día maravilloso que viví. Gracias Javi. Ojalá tengamos más días así todos juntos.
Todo barco que se precie debe llevar a su sirena en Proa ... |
Suscribirse a:
Entradas (Atom)